Hay algo que no me cuadra a día de hoy, y es que nos dejemos engañar por los anunciantes. Sí, engañar. Un simple vistazo a la TV, una revista, una web… sirve para darse cuenta de que casi nada de lo que nos venden se muestra como realmente es. No hay imagen que no pase por filtros y tratamientos de postproducción. ¡Photoshop es el Rey! Esto empezó con el uso de “lacas y pinturas para lucir las salchichas”, pero desde que se descubrió el poder del Photoshop y de la animación digital… se ha perdido el romanticismo publicitario. Existe mucha literatura sobre el tema que voy a tratar: “la realidad supera a la ficción”, “una imagen vale más que mil palabras”, “que la realidad no te estropee una buena noticia”, “el diseño gráfico no es lo que ves, sino lo que debes hacer que otras personas vean”… y mientras, hay una canción que suena en mi cabeza: “always look at the bright side of life” (la vida de Brian).
No sé si son pistas suficientes… Veamos un ejemplo más claro de hasta dónde se puede llegar:
Y cada día que pasa me choca más, teniendo en cuenta que la Comunidad se hace más fuerte, participativa, reivindicativa, crítica, influyente… Las redes sociales, foros, blogs… están otorgando medios y poder, pero el Prosumer todavía no ha llegado a ciertos sitios donde le espero. Imaginemos un anuncio de un vehículo low-cost (por ej. Tata) con unas líneas curvas deportivas (que no las tiene), unas llantas de 18” (que no tiene), unas pegatinas de Ferrari… ¿qué haríamos? Entiendo que estamos pensando en lo mismo… ¿Y por qué no hacemos lo mismo cuando vemos un anuncio de Sharon Stone (que por cierto, está estupenda a los 56 años) para Dior? O cuando vemos las portadas de la revista de Ana Rosa Quintana, que dista mucho de la persona que sale todas las mañanas en televisión…
La imagen publicitaria tiene que corresponder con la realidad y si no, debería estar prohibida. O por lo menos, debería mostrar una advertencia de que la imagen está modificada. La publicidad tiene que sugerirnos que los productos o servicios nos harán una vida mejor, pero no pueden aparentar una realidad que no es.
Existe una legislación de referencia, que es la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad y lo referente a publicidad ilícita, entra de lleno en materias especialmente sensibles, como:
- Juguetes: Por ejemplo, hay que indicar si los juguetes llevan pilas, se vean las manos que los mueven…
- Sanidad: Entre otros, los medicamentos deben llevar el texto final que ya conocemos…
- Automoción: Entre otras, debe indicarse si el modelo visualizado corresponde con el ofertado, si está rodado por especialistas en circuito cerrado…
- Tabaco: Debe mostrar mensajes cada vez más duros: Fumar mata…
- Alcohol: Entre otras, debe advertir del consumo moderado y responsable…
- Banca: Debe mostrar demasiados datos que salen muy pequeños y rápido…
- Juegos y azar: Tiene su regulación especial.
- Publicidad subliminal.
- Sexo: Para otro día… 😉
- Publicidad engañosa: Según la Ley “… los mensajes que contienen expresiones ambiguas, desconocidas… que dan lugar al riesgo de que el destinatario interprete el mensaje en un sentido equivocado, distinto a la realidad”… “la omisión de datos importantes que puedan influir en la decisión del consumidor”.
Es en este último punto donde sí que nos engañan, porque… ¿Cómo de engañosa? ¿Cómo se controla? ¿A cuánto está el kilo de engaño? Los efectos de ciertos productos anunciados están exagerados, no son reales… Al receptor se le omite que la imagen está modificada, que los efectos están exagerados… que el producto no es así en realidad, que no limpia tan blanco ni brillante, que no deja el pelo tan sedoso, que no elimina tanto las arrugas, que la arena no es tan blanca ni el mar azul… y que la modelo no tiene ese cuerpo “tan perfecto”. ¿O nos gusta saber que nos están engañando?
En Estados Unidos está surgiendo un movimiento que se rebela contra el uso del Photoshop en la publicidad, incluso desde el propio Congreso. El proyecto de Ley se denomina Truth in Advertising Act y está promoviendo su regulación. Argumentan que además del engaño que supone, “existen cada vez más estudios académicos que relacionan la exposición a estas imágenes alteradas con enfermedades emocionales, mentales y físicas, incluyendo desórdenes alimenticios, especialmente entre niños y adolescentes«. Numerosas organizaciones y celebrities se han sumado a este proyecto. De hecho, Britney Spears no sólo dio su consentimiento para que utilizasen imágenes suyas sin retocar en una campaña, sino que les animó a que realizaran una comparación entre la imagen real y la ‘mejorada’ con Photoshop, que fue usada en una campaña llevada a cabo por el Ministerio de Igualdad. Y lo que es mejor, marcas como Aerie, American Eagle… han anunciado que no volverán a usar esta herramienta.
Claro, los anunciantes pensarán que si no pueden contar con estos trucos, les costará más hacer deseables a sus productos. Yo (me incluyo como parte de esta profesión) a eso respondo que para eso se nos paga, así que démosle a la materia gris. De momento, habría que regular (no prohibir) su uso y sobre todo, advertir de su uso al igual que pasa con otros productos sensibles.
Yo me sumo a esta iniciativa y os animo a seguir #TruthInAds y #TruthInAdvertising #PublicidadVeraz en las redes sociales. ¿Te animas?
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