El 20 de marzo, se celebró el Día Internacional de la Felicidad. ¡Qué bonito concepto!… Pero, ¿cómo se mide la felicidad? ¿A cuánto está el kilo de felicidad? ¿Es realmente posible? O, ¿sólo es una manera de afrontar la vida? Cientos de gurús, miles de personas aprovecharon para exponer sus fórmulas mágicas. Lo que más me llamó la atención, fue la siguiente reflexión: Un tercio de nuestra vida lo pasamos durmiendo. Otro tercio lo dedicamos a trabajar (más o menos…). Entonces, en el tercio restante ¿seremos capaces de ser felices si en el tercio del trabajo no lo somos? Yo no lo creo.
Una cosa, si alguien se ha montado una empresa para pegar un pelotazo a corto plazo, puede dejar de leer aquí y ponerse a ver videos de gatos en YouTube. Si no, continuamos para bingo…
Vamos al grano. Hay mucho que podemos hacer para ser felices en el trabajo y casi todo nos llevará a una única idea. Veamos, lo que nos hace felices en el trabajo es que:
– Se reconozca nuestra aportación a los logros, no sólo con un salario atractivo.
– Los objetivos que nos marquen sean claros y alcanzables.
– Se eviten los líderes tóxicos y compañeros “protagonistas”.
– Nos sintamos motivados en un ambiente que propicie nuestra proactividad.
– Se optimicen los tiempos y las tareas para que se puedan cumplir y salgamos a la hora para disfrutar de nuestras vidas.
– Nos informen y nos sintamos identificados con la identidad y valores de la empresa.
Podríamos enumerar algunos más, pero éstos son los principales factores clave de… ¡vaya!… ¡de un Equipo de Trabajo de Alto Rendimiento! ¿Será casualidad? O, ¿será causalidad? Si esta fórmula puede generar tantos beneficios y crear un círculo tan beneficioso para empleado y empresa… ¿por qué no potenciarlo más?
Una empresa debe ser un camino de largo recorrido, con vaivenes, con subidas y bajadas, pero buscando siempre un punto de mejora. El mercado cada vez es más competitivo, la competencia es más amplia y global, el cliente es más exigente, la financiación es más complicada… y la crisis tampoco ayuda. Así que la filosofía de Mejora Continua puede y debe ser una referencia a seguir.
Y, ¿cómo se plantea la mejora continua? Existen varias corrientes, filosofías, “marcas”… que al final suponen una idea similar. Ahora no voy a entrar en detalle ni en un pensamiento profundo, pero podemos buscar la inspiración en:
– Kaizen: Introduciendo pequeñas mejoras continuas en los procesos, un cambio a mejor.
– Lean: Buscando la calidad, sin excedentes de recursos, todo en su justa medida.
– Jidoka: Detectando un mal funcionamiento y detenerlo antes de que se trasfiera en el proceso.
– JIT (Just In Time): Produciendo lo necesario, en el momento necesario, en el lugar adecuado…
– TPM (Total Productive Maintenance): Evitando perdidas de producción causadas por equipos mal mantenidos.
– Teian: Aprovechando el know how y las propuestas de mejora de los empleados.
– Ishikawa: Indagando en la causa de los problemas, a través del Método, Mano de Obra, Material, Máquinas y Medio Ambiente.
– Las 5 S´s: Buscando la calidad y reducción de costes mediante el Seiri (Clasificación y Descarte), Seiton (Organización), Seiso (Limpieza), Seiketsu (Higiene y Visualización) y Shitsuke (Disciplina y Compromiso).
– Y sobre todo, en los Equipos de Trabajo de Alto Rendimiento, que serán el motor del resto de todo lo anterior.
Sí, puede parecer muy bonito idealizar y prometer que las personas son el activo más importante de la empresa… ¡Ya! Pero hay que llevarlo a cabo. Hay que pensar, hacer, revisar y actuar. Análisis, acción, análisis, acción, análisis, acción… algo que ya hacemos fruto del desarrollo del marketing digital, el social media, la analítica web… Pues ahora sólo falta seguir esa dinámica, pero midiendo otros indicadores dentro de la empresa. ¿Y qué indicadores o KPI´s (Key Performance Indicators) podemos emplear? Cada empresa requerirá de unos u otros, pero el enfoque de los mismos deberá girar en torno a 5 claves: SQDCM (acrónimo anglosajón de) Seguridad, Calidad, Entrega, Coste y Motivación. Unos indicadores que nos ayudarán a guiar a la empresa a definir estrategias, a tomar medidas… a cumplir los objetivos.
Al final todo esto creará un círculo vicioso: los Equipos de Trabajo de Alto Rendimiento facilitarán un proceso de mayor Calidad en la Empresa, la Calidad y la Mejora Continua de la Empresa la hará más Competitiva, el Éxito de la Empresa redundará en los Empleados, que serán más Felices y trabajarán mejor, formando unos buenos Equipos de Alto Rendimiento… el win-win es posible.
En una época de máquinas y ordenadores, volvemos a las personas, personas y personas. Y al final, lo sencillo es lo inteligente. Sentido Común…
«La mejora es ETERNA e INFINITA
En el momento preciso en el que nos sentimos satisfechos,
en el momento preciso en que pensamos que el statu quo
es lo suficientemente bueno, empezamos a decaer».
Katsuaki Watanabe

Adriana Gonzalez dice
24/03/2015 al 18:37Felicidades me encanto como enfocaste el contenido del artículo con el título. lo comparto. Saludos, Adri
Asier Aldaiturriaga Goikoetxea dice
24/03/2015 al 22:45Muchas gracias Adri. Me alegro de que te haya gustado 😉