Hace unas semanas hablaba de cómo Facebook estaba gestionando su crisis y del valor que pueden llegar a tener los datos que poseen, sobre todo si sirven para manipular a consumidores o votantes. Pero para que haya manipulación, debe haber alguien que quiera manipular y alguien que “se deje” manipular.
Hoy nos toca meterle un poco de caña al usuario, al que “se deja manipular” o por lo menos, al que no pone los mecanismos o filtros para evitarlo.
¿Por qué somos fácilmente manipulables?
1.- Porque de repente hemos dado un carácter verosímil a todo lo que vemos en la pantalla, sea de un blog, un perfil social, un grupo de Whatsapp… Porque mucha gente se cree todo lo que le cuentan además de que filtramos para que sólo nos llegue lo que queremos. Lo ve, se lo cree, no lo contrasta (porque le hace crecer en sus convicciones), le condiciona y comparte ciegamente (que es lo más peligroso). Esto quiere decir que si alguien accede a nuestros datos, puede elaborar mensajes ad-hoc directos a nuestro punto débil para manipularnos. Lo ponemos fácil. Dejamos claro públicamente lo que opinamos y por ende, lo que queremos escuchar.
Sí, receptor… quien recibe la información tiene mucha culpa de tragarse como cierto todo [Leer más…]